Mi viaje en la búsqueda por entender la disparidades y cómo combatirlas

Escrito por Diana Yanes

Durante años la vida me ha hecho meditar sobre cómo las disparidades económicas pueden ser tan significativas, ya sea entre personas de una misma comunidad o entre países. Esta constante reflexión me ha llevado por un viaje, que sin duda no ha terminado, pero que me ha guiado hacia formas más sostenibles de gestionar mi vida y mi empresa. 



Desde muy pequeña, me ha generado mucha angustia la ignorancia y falta de educación en la población en general. Recuerdo que los domingos iba a desayunar junto a mi familia a una panadería en Las Mercedes, una zona de Caracas, y en la entrada siempre había un niño, el mismo, y por años le pedí a mis papas que lo adoptaran. Un día no lo vi más, aún lo recuerdo, y solo espero que esté bien.

Ya a mis 23 años, luego de haber vivido entre París, Nueva York y Milán; esta preocupación constante por la disparidad  me seguía acompañando y me llevó a interesarme cada vez más por temas similares y a seguir recorriendo el mundo en busca de entender. Me mudé a Arusha, una ciudad al norte de Tanzania, donde viví en un orfanato de niños con VIH+ o con pasados familiares difíciles. 

Siempre en búsqueda de más respuestas, regresé a Milán, donde me uní a un proyecto de reintegración social en una cárcel de alta seguridad masculina. Desde el 2015 he llevado programas de educación en el ámbito de la producción de ropa en este espacio y, a la fecha, hemos logrado emplear a tiempo completo a más de 70 detenidos.

Mientras mi preocupación por los grupos más vulnerables de la sociedad merodeaba mi cabeza, empecé a entender que lo social y el medio ambiente deben ir de la mano. La educación es clave para poder entender lo que el planeta necesita de nosotros y así poder ayudarlo.

Luego de esa revelación que me tomó muchos años de evaluación, experimentación, ensayo y error, empecé a trabajar en proyectos de upcycling, los cuales para mi no tenían un nombre en ese momento. La palabra upcycling, a decir verdad, la descubrí hace tres años, cuando un japonés que observaba mis piezas me preguntó si era "upcycled". Solo ahí entendí que lo que llevaba tanto tiempo haciendo tenía un nombre. 

La sustentabilidad es algo que ha acompañado mi camino profesional, y  gracias a los múltiples proyectos que he llevado a cabo es que he logrado entender el proceso, desde la materia prima, manufactura de componentes y materiales, hasta la realización y fin de vida de un objeto, pasando por un proceso productivo amigable que asegura que el producto pueda ser desensamblado y reciclado o recuperado en cualquier modo que queramos hacerlo. 

La sostenibilidad es creatividad, y una de las cosas que más me gusta de ella es que puede venir de la escasez, así como de la abundancia. Eso es la sostenibilidad, la habilidad de darle un giro amigable a cualquier cosa que hagamos para dejar un impacto positivo, en los otros y en el planeta. 


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