Con oportunidades, las mujeres venezolanas desplazadas pueden hacer una diferencia en Perú

Escrito por Rachel Schimidtke.

Tres mujeres increíbles, María Virginia, Estefanía y Efigenia, son líderes comunitarias e impulsoras de cambio en Perú. María Virginia dirige un exitoso negocio de venta de tequeños a tiendas de comida en todo el país. Estefanía trabaja en la industria de servicios de salud peruana. Y Efigenia es maestra y coach de vida. Además de ser miembros importantes de sus comunidades, las tres mujeres tienen algo más en común: todas son venezolanas desplazadas.

Actualmente hay 1.043.460 venezolanos viviendo en Perú. Muchos de ellos emigraron al país luego del colapso económico y político de Venezuela, y aproximadamente la mitad de ellos son mujeres. Las mujeres venezolanas generalmente tienen un alto nivel educativo. Una encuesta reciente realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática encontró que el 42 por ciento de las mujeres venezolanas en Perú tienen una licenciatura. Sin embargo, existen muchas barreras para las mujeres venezolanas que buscan protección en Perú en medio de la crisis cada vez más profunda de su propio país. Aproximadamente la mitad de las personas venezolanas que viven en Perú se encuentran de forma irregular, y aquellos que tienen trabajo generalmente trabajan en pequeñas empresas, realizando algún trabajo doméstico o como trabajadores independientes en lugar de trabajar dentro del campo en que fueron formados en Venezuela.

Las mujeres venezolanas en Perú pueden hacer contribuciones significativas a la comunidad anfitriona si se les da la oportunidad. Para comprender mejor sus experiencias en Perú, Refugees International habló con María Virginia, Efigenia y Estefanía sobre las formas en que se han conectado con su nuevo país anfitrión.

Para todas ellas, la oportunidad de impulsar un cambio y crear una comunidad llegó a través del trabajo. Estefanía, una afro-venezolana formada como enfermera en Venezuela, creó una comunidad en Perú a través de una beca llamada Laboratoria que trabaja para empoderar a las mujeres a través de la tecnología. Ella fue la primera mujer venezolana en Perú en recibir esta beca, y a través de este programa comenzó a hacer amistades y establecer conexiones, incluso abriendo el camino para que se postularan más mujeres venezolanas.

Efigenia, quien vive Cusco, trabaja para transformar la vida de las mujeres en Perú a través de un programa virtual llamado "Reinventarse está de moda". Efigenia imparte clases en una universidad local, trabaja como consultora y, desde la cuarentena, trabaja como psicóloga. Dijo que ha recibido una cálida bienvenida en Cusco: “Fui a una tienda y me preguntaron de dónde era, me daban bendiciones, besitos, estaban conmovidos por lo que pasaba en Venezuela”.

María Virginia es dueña de un negocio y madre de dos hijos pequeños, uno venezolano y otro peruano. Hacer crecer su negocio e involucrar a su comunidad de acogida requirió tiempo y esfuerzo. Se conectó en redes sociales para ayudar a correr la voz sobre su negocio de tequeños, y eventualmente participó en pequeñas ferias y eventos. Pronto se convirtió en un elemento fijo de la comunidad. “A través del espíritu empresarial, creamos una comunidad... la gente de Lima sabía que estábamos en la feria de alimentos todos los domingos y ellos venían a comer”.

A pesar de estos éxitos, las tres mujeres enfrentaron dificultades para llegar al Perú.

Efigenia viajó a Perú en febrero de 2017 con una “maleta llena de sueños para mi nueva vida”. Tuvo la suerte de tener su pasaporte español cuando ingresó a Perú, lo que le permitió obtener un permiso migratorio. María Virginia se fue de Venezuela con su familia porque descubrieron que su madre tenía cáncer de mama, lo que hizo que su decisión de irse fuera más urgente. Gracias a una ONG llamada Unión Venezolana en Perú, pudieron conseguirle a su madre una tarjeta migratoria que le permitió beneficiarse del Seguro Integral de Salud del Estado, que cubría gran parte de su tratamiento. La partida de Estefanía fue emotiva. Ella recordó el viaje: “Recuerdo, como si fuera una película, me bañé en lágrimas al irme. Compré el boleto Bogotá-Lima con los últimos $250 que tenía mi mamá”.

Si bien sus experiencias varían, reflejan muchos de los desafíos que enfrentan las personas venezolanas durante el desplazamiento. Muchos venezolanos realizan viajes largos y arduos, a menudo a pie o en autobús, para llegar a su nuevo país. Después de estos viajes, muchos enfrentan barreras de entrada. Perú ha implementado varias restricciones para que los venezolanos ingresen al país, como la necesidad de una visa humanitaria para ingresar. Aunque las tres mujeres pudieron ingresar a Perú y recibir algún tipo de estatus regular, muchas venezolanas ingresan de manera irregular y viven con el temor de ser devueltas a Venezuela. Muchos carecen de acceso a oportunidades laborales formales, atención médica y educación. Por suerte, Perú publicó recientemente un decreto para regularizar a los venezolanos en el país, no obstante, persisten las barreras para ingresar y vivir a largo plazo en Perú.

Es necesario eliminar estas barreras para que otras mujeres venezolanas desplazadas como Efigenía, Estefanía y María Virginia puedan vivir todo su potencial y contribuir a sus comunidades. Si el gobierno peruano otorga a los venezolanos un estatus regular, acceso al trabajo y acceso a los servicios estatales, existe una mayor posibilidad de que hagan contribuciones enormes como las que han hecho estas tres mujeres.

Efigenia, Estefanía y Maria Virginia me dijeron que están orgullosas de que las mujeres venezolanas tengan una larga tradición de ser líderes comunitarias, feministas y ejemplos para otras mujeres en América Latina.

“Las venezolanas como mujeres contribuyen en tantos lugares y formas… Siempre ha existido la idea de que las mujeres no pueden decidir, que no pueden hacer… pero mostramos que las mujeres pueden lograr cualquier cosa”, dijo Efigenia.

Ahora debemos trabajar para dar una oportunidad a más mujeres venezolanas desplazadas para que ellas también puedan algún día liderar.

Nota del editor: Efigenia, Estefanía y María Virginia son miembros de una red de mujeres venezolanas llamada Venezolanas Globales que tiene como objetivo construir una red global que apoye y visibilice a las mujeres venezolanas en el exterior. Refugees International tuvo el honor de premiar a la fundadora de Venezulanas Globales, Maria Corina Muskus Toro, por su importante trabajo conectando a las mujeres venezolanas en la diáspora con nuevas oportunidades y conexiones. Refugees International desea agradecer a Venezolanas Globales por trabajar para apoyar a las mujeres venezolanas desplazadas  de manera forzada en todo el mundo.

Publicado originalmente en Refugees International