¿Cómo transformar una pérdida en algo valioso?

Escrito por Heidi Sánchez

Durante mucho tiempo, me enfrenté al temido síndrome de la hoja en blanco. No sabía cómo transformar lo que podría haber sido la segunda crisis de mi vida en una experiencia que me impulsara hacia la evolución. Sin embargo, con el paso del tiempo y tras despedirme de mi padre en este plano terrenal hace pocos días, una puerta se abrió ante mí. El mundo de las letras se mostró ante mis ojos, y las palabras brotaron solas, como una especie de terapia personal.

Descubrí que el poder de transmutar los sentimientos negativos en positivos es una herramienta invaluable para alcanzar un rendimiento cerebral óptimo. Pero, ¿cómo podemos convertir aquello que nos afecta emocionalmente de forma negativa en algo que nos impulse a crecer?

Cada persona debe buscar dentro de sí misma qué le produce satisfacción, sensaciones o vibraciones. Por ejemplo, algunas personas experimentan la resonancia estética al conectar con una obra de arte y sentir una respuesta sensorial profunda. Ser consciente de esto puede abrir un mundo de posibilidades creativas, permitiéndonos transmutar los sentimientos en arte.

En mis lecturas de ciencias, encontré que la energía no se destruye, solo se transforma. Esto sugiere que no experimentamos una pérdida real, sino más bien una nueva forma de relación con aquello que ya no está en su estado anterior.

Asignarle significado al dolor y la pérdida, ya sea a través de un nuevo pasatiempo, la creación artística manual o incluso un viaje que nunca nos hubiéramos atrevido a emprender, puede ser terapéutico y sanador.

Es importante despedirse adecuadamente. No debemos subestimar el poder de cerrar capítulos, perdonar y dar espacio para nuevos comienzos saludables. Muchos terapeutas utilizan la escritura como herramienta para ayudar a sus pacientes a superar pérdidas inconclusas. Sin embargo, cada individuo debe encontrar su propio método para convertir esos sentimientos en una musa que los motive a convertirse en seres resilientes, capaces de crear belleza incluso en medio del dolor.

Algunas prácticas recomendadas para aceptar el nuevo estado de lo que creíamos haber perdido son:

Conversar abiertamente con personas cercanas sobre nuestros sentimientos y el significado que tuvo para nosotros la relación perdida.

Ser compasivos con nosotros mismos y permitirnos sentir, llorar, extrañar y recordar.

Crear espacios terapéuticos personales donde podamos conectar con nuestros sentimientos, ya sea a través del baile, la pintura, el canto o la escritura.

Despedirnos de esa pérdida de la manera que consideremos más apropiada, ya sea escribiendo una carta, realizando un viaje, soltando un globo con un mensaje o esparciendo cenizas al mar.

Con el tiempo, algunos sanamos más rápido que otros. Aprendemos que nada se ha perdido realmente, simplemente ha cambiado de estado. Todos hacemos lo mejor que podemos con las herramientas que tenemos en ese momento, por lo que la aceptación y la curación llegan en el momento justo.

Sería genial poder leer sus experiencias de cuáles fueron sus estrategias para superar alguna pérdida que hayan atravesado, quizás en sus palabras alguna de nosotras pueda encontrar la sabiduría que le falta para sanar.


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