Alimenta La Solidaridad desde el exterior

Escrito por Sophie Oteyza

En el 2017 subí por primera vez a conocer un comedor. Quedaba en El Cardón, en la parte alta de Carapita, municipio Libertador.
Conocí a Yusbel, había inaugurado su comedor hace unas semanas y estaba muy orgullosa de mostrarnos como había quedado el espacio. Los comedores se organizan en las casas de las madres encargadas. Ahí comen entre 50 y 100 niños diarios.

Antes de entrar no pude dejar de ver los inmensos basureros que se encontraban cerca de la entrada de su casa. Ella, con una sonrisa, salió a recibirnos. Transmitía un gran orgullo por su recién inaugurado comedor. Nos enseñó el espacio donde las madres cocinaban y donde los niños comían.

Yusbel no se refirió al basurero con vergüenza o con queja, sino como una oportunidad. Nos habló de los planes que tenía, de como ella y la comunidad iban a cambiar su realidad. Recuerdo también el abrazo que me dio.
Le conté que desde el exterior, me encargo de recaudar fondos y de darle visibilidad a su trabajo. Sus lágrimas me sensibilizaron. Entendí que todos somos importantes. Sus palabras me conmovieron. El miedo de los que no se fueron, quedan olvidados.

En el 2021 regresé a su comedor. Gracias a su determinación logró limpiar los espacios. Su sonrisa era más grande que la última vez que nos vimos y su orgullo no le cabía en el pecho. Nos volvimos a abrazar.

Luego de vivir esa experiencia en el 2018, me convencí que Alimenta La Solidaridad es mi lugar. Era lo que necesitaba. Trabajar para una organización, que capacita, empodera e impulsa liderazgos de mujeres, motivándolas a que ellas mismas sean las generadoras de cambio en su comunidad, es un privilegio.
Son más de 1000 mujeres a nivel nacional, que, de forma voluntaria, tienen la responsabilidad de alimentar a más de 18 mil niños de lunes a viernes, garantizándoles un sano desarrollo y un futuro menos complicado.  

Unas ceden el espacio de sus casas para establecer el comedor, otras cocinan, limpian, organizan y lavan. Cada una tiene una cuota de responsabilidad.
Las madres se forman en educación, nutrición, salud, medidas antropométricas, manipulación de alimentos, educación positiva, protección y salvaguarda. A los niños les garantizan un sano desarrollo, ya que para muchos es la única comida del día y a ellas les cambian la vida.

Desde el exterior hemos creado una comunidad de personas que colaboran internacionales, con sensibilidad por Venezuela, sus
niños y sus mujeres. La idea es que cada quien, desde su trinchera, desde sus posibilidades y fortalezas sume para la organización.

Ayudamos donando nuestro tiempo o dinero.
Ayudamos organizando eventos y campañas de recaudación de fondos.
Ayudamos buscando alianzas.
Ayudamos replicando el mensaje.
Ayudamos siendo parte del equipo internacional.

Este mes de noviembre, estamos trabajando en una campaña para #GivingTuesday, el día de dar (que se celebrará este 30 de noviembre)  
El dinero recaudado será destinado a la compra de alimentos terapéuticos para los niños con algún grado de desnutrición, que son los
más vulnerables.
Un niño no recuperado de la desnutrición, será un adulto vulnerable. (En el mejor de los escenarios). Estos alimentos son costosos, y deben ser consumidos por al menos 3 meses.

Desde el equipo internacional asumimos la meta de conseguir tratamiento para 300 niños. Cada tratamiento cuesta 60USD. Los invitamos a donar 20USD e invitar a 2 amigos a que hagan lo mismo. 20+20+20.
Gracias por leerme. Gracias por tu apoyo.